Sin eÑe: Boca, Palermo y San Telmo

Boca, Palermo y San Telmo


Conocer Buenos Aires no es tarea fácil, la capital argentina tiene tantos barrios con encanto que uno no sabe por dónde empezar.
La opción más fácil es hacer el turista y dirigirse a la zona más fotografiada de la ciudad: el barrio de Boca, sí, ese que tiene tanto color. La imagen de la izquierda es ya un icono de la capital, tal vez porque es el único barrio que no evoca a ninguna otra ciudad europea.
Al llegar a Boca me dio la sensación de estar en Port Aventura. Turistas con calcetines blancos y chancletas, siluetas de cartón en forma de bailarines de tango con agujero en la cabeza para que tu metas la tuya y te hagas la foto (pagando, obviamente), pintores que hacen caricaturas, cuatro terracitas con cazaclientes pesados que dan ganas de salir corriendo y poco, muy poco más. El barrio de Boca dispone sólo de un par de calles diminutas en las que encontrar todo lo que ya he mencionado y muchos souvenirs de Maradona, nada de Messi. ¡Cómo mínimo que actualicen!
Mucho color para sacar una foto y salir rápidamente dirección Palermo, uno de mis barrios favoritos.
Hablar de Palermo es hacer referencia a la vanguardia en arte, diseño y gastronomía de la ciudad. Repleto de bares de autor, casas reformadas ahora en tiendas exclusivas, calles empedradas, galerías de arte, librerías y restaurantes muy tentadores, este barrio ha sido considerado por varias revistas de viaje como el mejor barrio de América Latina.  Y no me extraña, es tanto lo que ofrece Palermo que ha sido incluso dividido en varios Palermos: “Soho, Queens, Hollywood y College”. Las diferencias entre uno y otro no las sé todavía, lo que sí sé es que todos ellos comparten el mismo estilo, casitas de principios del siglo XX con techos altos y ventanales enormes con balcones y rejas artísticas. Seguro que una de esas vivía el gran escritor Jorge Luís Borges, aunque probablemente en ese entonces había malevos en vez de diseñadores y restaurantes vietnamitas o marroquíes.  
Y para terminar este recorrido nos vamos a San Telmo, el corazón de la primera ciudad. Veinte años atrás, este era un barrio antiguo, con algunas construcciones coloniales y casas que se vendían y alquilaban por poco dinero, pero las cosas cambian y San Telmo también. Ahora esas casas son hostales y albergues para mochileros que pagan muchísimo más que el alquiler de hace veinte años.
San Telmo ahora es cool, tanto que incluso dispone del primer hotel gay de cinco estrellas del país. Aún así, se respira un ambiente más bohemio y tranquilo que en Palermo. En San Telmo podrás sentarte en una terracita, disfrutar de un buen mate y envidiar a las bailarinas de tango.  Con varios museos, facultades, centros culturales y teatros se convierte también en un recorrido imprescindible para el amante del saber. San Telmo es historia, es cosmopolita y lo mejor de todo, cada domingo se viste de feria para ofrecer una gran variedad de antigüedades y artesanías en más de 250 puntos de venta. Eso os lo cuento el domingo. ¡Cómo me gustan los mercadillos! “Paya, me lo quitan de las manos

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