Conocer Buenos Aires no es tarea fácil, la capital argentina tiene tantos barrios con encanto que uno no sabe por dónde empezar.
La opción más fácil es hacer el turista y dirigirse a la zona más fotografiada de la ciudad: el barrio de Boca, sí, ese que tiene tanto color. La imagen de la izquierda es ya un icono de la capital, tal vez porque es el único barrio que no evoca a ninguna otra ciudad europea.
Al llegar a Boca me dio la sensación de estar en Port Aventura. Turistas con calcetines blancos y chancletas, siluetas de cartón en forma de bailarines de tango con agujero en la cabeza para que tu metas la tuya y te hagas la foto (pagando, obviamente), pintores que hacen caricaturas, cuatro terracitas con cazaclientes pesados que dan ganas de salir corriendo y poco, muy poco más. El barrio de Boca dispone sólo de un par de calles diminutas en las que encontrar todo lo que ya he mencionado y muchos souvenirs de Maradona, nada de Messi. ¡Cómo mínimo que actualicen!
Mucho color para sacar una foto y salir rápidamente dirección Palermo, uno de mis barrios favoritos.