Sin eÑe: Hakuna Matata

Hakuna Matata

Esta mañana me he levantado con ganas de hacer el turista. He decidido coger mi cámara y dirigirme hacia al Giraffe Centre de Nairobi, no todos tenemos el privilegio de hacer fotos con jirafas como modelos.
He ojeado la Lonely Planet y la forma más económica de llegar es mediante el matatu (transporte público de Kenia), furgoneta con capacidad de hasta 15 personas. La estación central de matatus en Nairobi es un auténtico caos, así que he preguntado hasta asegurarme que daba con el correcto. Una vez dentro, debía esperar hasta que se llenara. Me ha dado tiempo a pegar una cabezadita. Cuando los 15 estábamos listos y la música africana a tope, hemos arrancado rápidamente.

El trayecto se me estaba haciendo más que largo, interminable. Así que le he preguntado al conductor si quedaba mucho. Inmediatamente, me ha dicho que ya habíamos llegado. ¡Pobre inocente! El conductor me había engañado, ese matatu no era el 24, esa furgoneta iba en dirección totalmente opuesta a la mía. Me encontraba en las afueras de la ciudad.
Indignada, perdida y totalmente desorientada me he dirigido hacia el edificio más cercano. Por suerte, era un centro comercial. He visto que había una terraza y he decido tomar algo para relajarme, pero no ha funcionado, la impotencia y el enfado eran cada vez mayores. Me he planteado incluso ir a la policía para denunciar la estafa. Pero ha aparecido él, el camarero de la terraza. Pobre hombre, ha escuchado mi monólogo como un campeón, prestándome total atención. Gracias a sus consejos me he relajado. Como dice él: “así es Nairobi, una ciudad corrupta, no pierdas tu tiempo enfadándote. Hakuna Matata.”. La mañana ha dado un giro inesperado. En lugar de fotos de jirafas he conseguido ver Nairobi a través de los ojos de Stéphane.


La Nairobi de Stéphane

Stéphane, un francés de 37 años, vive desde hace cinco años en Nairobi. Trabaja en una “boulangerie” cedida por su hermana, una apasionada de África. Su objetivo era salir de Francia y, tras varios viajes por el continente, decidió afincarse en Nairobi. Casado hace un año con una lugareña, conoce bien la trastienda del país.
- ¿Cómo es Nairobi?
En Nairobi he descubierto la verdadera Kenia. No sólo hay leones, tribus y safaris. Tiene muchas otras cosas positivas, especialmente su gente, algo que no descubres hasta que vives aquí. Nairobi es una ciudad muy cosmopolita, siempre conoces a alguien interesante. Por otro lado, vivir aquí no es fácil, la inseguridad está siempre presente y hay mucha delincuencia. Hay también una corrupción increíble a la que debes acostumbrarte.
- El dinero llama a la corrupción…
Claro que sí. En Nairobi la corrupción está presente en todas las clases sociales. El otro día salió una noticia muy curiosa. El parlamento quería subir el salario de sus funcionarios. Quería incrementarlo hasta 1.000.000 schillings (KES) mensuales. ¿Te puedes creer que en EEUU el salario es de 450.000 KES ? Están locos…
- Estamos hablando entonces de una ciudad capitalista…

Sumamente capitalista. Aquí debes pagar por todo: escolarización, sanidad…. Cuando Julius Nyerere, presidente de Tanzania, visitó la capital, la describió así: “the place where man eats man”. Pero lo que la diferencia de muchas otras ciudades africanas es su alto porcentaje de clase media. Así que estoy convencido de que en 10 años será la ciudad más importante de África.
- Cómo europeo que eres, ¿has sufrido alguna vez racismo?

Como todos los turistas que visitan el país yo también he sufrido estafas y engaños. Pero ahora que ya soy residente sufro un racismo positivo. No hace falta que busque trabajo, aquí todos me ofrecen puestos interesantes. No hace falta que me vista bien para ir a una discoteca, todos están encantados de que entre.
- ¿Cuál es la visión de los kenianos respecto a Europa?

Para la mayoría sólo existen tres tipos de humanos: los negros, los blancos y los indios. Realmente no están muy interesados en el mundo exterior. Los kenianos, en general, no quieren ir a vivir fuera. Para ellos la patria y la familia son los pilares principales. Mi mujer, por ejemplo, ha tenido muchas ofertas para ir a trabajar al extranjero. Ni siquiera se lo ha planteado, dice que no dejaría a su familia por nada del mundo.

- ¿Qué me recomiendas para desplazarme por la ciudad?

Lo más práctico para los turistas que estáis poco tiempo por la capital es alquilar un taxi todo el día. Eso vale aproximadamente 50 dólares, pero vale la pena. Puedes conocer la capital de forma segura, sin necesidad de indignarte. Cuando ya lleves más tiempo, muévete como ellos, en matatu. Pero si estás de vacaciones no pierdas tu tiempo queriendo ir a denunciar a la policía… (ríe).

- ¿Por qué lo ves como una pérdida de tiempo?

Porque ni siquiera te escucharan. No conseguirás nada más que un nuevo enfado. Déjame explicarte un caso verdaderamente sorprendente. El 7 de mayo de este mismo año, mi vecina Annick fue asesinada en casa. ¿Te puedes creer que no hubo ningún tipo de investigación? Nadie se interesó por el caso. Fui a la policía a denunciarlo, ya que fue mi mujer quien se encontró el cuerpo. En la comisaría ni siquiera sacaron un papel, no les interesa nada que no dé beneficios.

- Háblame de las tribus, yo sólo conozco la de los masais….

Como la gran mayoría. La tribu de los Masais es la más conocida por su belleza, artesanía textil, abalorios y celebraciones. Pero realmente las tribus mayoritarias en Kenia son los Kikuyu , los Kalenjin y los Luo. El tribalismo en Kenia es impresionante, hay una riqueza étnica y cultural sorprendente. Se hablan más de 52 lenguas.

- ¿Hablas alguna de ellas?

La lengua oficial de Kenia es el inglés y el suajili. Bastante tengo con el inglés… (ríe). Sé decir cuatro palabras en suajili.
- ¿Nos despedimos en suajili?
Kwaheri, asante. (Adiós y gracias)

Y así me he despedido de este amable francés. Finalmente Stéphane ha llamado a un taxi, lo he pagado más que satisfecha. Hakuna Matata.

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