Sin eÑe: Viaje a Dahab

Viaje a Dahab

Egipto ofrece muchísimas posibilidades, como la de relajarte en una playa casi desierta situada en la costa de la península del Sinaí. Tentador, ¿verdad?


Después de unos días intensos en distintas ciudades africanas, he decidido hacer un paréntesis. El regateo, el ruido permanente y la vida acelerada de la ciudad han provocado mi fuga hacia el relax egipcio, a casi 700 kilómetros de El Cairo. Como cualquier fuga, el trabajo no ha sido fácil.
Ayer a medianoche partía mi bus hacia Dahab. Un bus que definiría como el FrigoBus, pues el conductor, al parecer, es un gran aficionado al aire acondicionado. El termómetro digital marcaba 14 grados. Durante el viaje, le he pedido varias veces que lo subiera, pero ni caso. Así que, rendida y congelada, he decidido utilizar la cortina como manta.

Durante el viaje he recibido visitas: diversos hombres y policías han venido a pedirme el billete (4 veces) y el pasaporte (2 veces). El porqué no lo entiendo. Se supone que si estoy en el bus he pagado, imagino que si el bus no hace ninguna parada y ya se han hecho distintas revisiones, todo debe seguir igual ¿no? En fin, “This is Egypt".

Pero el momento crítico ha llegado cuando uno de esos hombres ha cogido mi cortina y me ha preguntado por qué la estaba utilizando como manta. Lógicamente, le he respondido que porque tenía frío: ¡estábamos a 14 grados! El señor me ha empezado a gritar y a mí no me ha quedado otra que colgar la cortina y ponerme roja. ¡ Un viaje inolvidable!

Pero aquí estoy ahora, en un chill-out silencioso delante de la playa. Un té beduino me recibe cordialmente. Está delicioso y yo muy cansada. Seguro que en este escenario, consigo hacer una siesta.


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