Sin eÑe: No sólo Miami Beach

No sólo Miami Beach

Llegar a Miami es sinónimo de vacaciones. Esta ciudad te obliga a vestir tirantes, pasear por sus playas y visitar algunas de sus discotecas. Si no lo haces, no lo saborearás como se merece.

Aunque en un principio pueda parecer superficial, y en muchas ocasiones lo sea, Miami no sólo es Miami Beach como muchos turistas creen y se limitan a conocer. Con un total de trece distritos, cada uno con su estilo y personalidad, la ciudad tiene muchos rincones por descubrir.

Los barrios más históricos y tradicionales son Coconut Grove, una de las mejores zonas residenciales y Overtown, el barrio tradicional negro. En el Downtown, al oeste de la ciudad, se ubica el distrito financiero, y al sur se encuentra el Coral Way, histórico barrio de los años 1920, con zonas verdes, arquitectura española y Art Decó. Miami cuenta también con un importante distrito artístico, Art Dicstrict, con calles repletas de galerías, boutiques de diseño y grafitis impresionantes que le dan un aire más informal al barrio. Y cómo olvidarse de la famosa Calle 8 de Little Havana, conocida por sus carnavales y por ser el centro de recreación y cultura cubana, muy presente en Miami, algo de lo que me gustaría hablar.

¿Quién no recuerda a Tony Montana (Al Pacino) en Scarface? Este cubano es el paradigma de muchos otros que emigraron a Miami en busca de su oportunidad, tras el triunfo de la Revolución cubana en el 1959.

Los primeros cubanos que llegaron a Miami fueron ciudadanos adinerados que se encargaron de crear la primera comunidad cubana en la ciudad. Pero a partir de los 80, cuando Fidel decide abrir las cárceles dejando huir a todos aquellos que quieran abandonar el país, es cuando se extiende el caso de Montana y Miami empieza a sufrir problemas de narcotráfico y mucha delincuencia.

En la misma época es cuando Sonny Crockett (Don Johnson) y su compañero entran en acción en la famosísima serie “Corrupción en Miami”. Esta pareja de policías de la brigada anti-vicio dedicaron sus esfuerzos a resolver la problemática en el Miami de los 80, impresionándonos a todos con sus Ferraris y su glamour.

Pero lo que sorprende en esta ciudad no son ni los Ferraris, ni el glamour, ni tampoco todos los cubanos, es la fusión de todo ello: historia, rascacielos, playas, discotecas y gente siempre sonriente. Muchos americanos menosprecian la ciudad llamándola “latina”. Tal vez no sepan apreciar la diversidad, el color y la magia de esta ciudad que no es latina sino bilingüe.

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