La ciudad mediática
Johannesburgo se ha vestido de gala, la mirada internacional se centra en ella. Aunque muchos cuestionaban su capacidad para organizar el evento deportivo más importante del mundo, la ciudad ha mejorado sus infraestructuras y se presenta como una ciudad moderna y avanzada.
La Plaza de Nelson Mandela, en el centro financiero de Sandton, acoge a los cientos de aficionados españoles que aspiran a cumplir un sueño: ganar el Mundial Sudáfrica 2010.
Coloquialmente denominada Joburg por los sudafricanos, la ciudad muestra su otra cara. El protagonismo del mundial difumina una realidad muy latente: los extensos suburbios marginales. Calles desiertas, alambradas y vallas electrificadas confirman la psicosis colectiva por la inseguridad.
Johannesburgo se ha vestido de gala, la mirada internacional se centra en ella. Aunque muchos cuestionaban su capacidad para organizar el evento deportivo más importante del mundo, la ciudad ha mejorado sus infraestructuras y se presenta como una ciudad moderna y avanzada.
La Plaza de Nelson Mandela, en el centro financiero de Sandton, acoge a los cientos de aficionados españoles que aspiran a cumplir un sueño: ganar el Mundial Sudáfrica 2010.
La otra Joburg
Coloquialmente denominada Joburg por los sudafricanos, la ciudad muestra su otra cara. El protagonismo del mundial difumina una realidad muy latente: los extensos suburbios marginales. Calles desiertas, alambradas y vallas electrificadas confirman la psicosis colectiva por la inseguridad.
Cierto es que Johannesburgo es una ciudad peligrosa, pero también es cierto que hay muchas personas dispuestas a regalarte una sonrisa.
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